El 5 de octubre de 2005, la médica nutricionista Ana María Rossi, fue baleada y abusada. Falleció luego se seis meses de agonía en el hospital San Roque de Gonnet. Su ex novio, Agustín Arrién un visitador médico confesó haber cometido el crimen. Se entregó a la justicia en octubre de 2005
Agustín Arrién, quien está alojado en la Unidad 9 tiene salidas transitorias otorgadas por el Tribunal Oral número 5 de La Plata, luego de haber sido condenado en 2010 a la pena de 24 años de prisión por el delito de “homicidio simple agravado por haberse cometido con arma de fuego en concurso real con abuso sexual agravado”.
En 2016, la Suprema Corte de Justicia bonaerense, confirmó la condena a 24 años de prisión al rechazar un recurso presentado por la defensa del visitador médico Agustín Arrién por el brutal homicidio de la médica nutricionista Ana María Rossi, hecho sucedido hace 11 años.
Los jueces Hilda Kogan, Héctor Negri, Eduardo Pettigiani y Juan Carlos Hitters, rechazaron los recursos extraordinarios de nulidad e inaplicabilidad de ley presentados por los doctores Carlos Irisarri y Juan José Losinno.
Losinno e Irisarri, también habían cuestionado el fallo de la Sala I de Casación. Los jueces Benjamín Sal Llargués y Horacio Piombo también habían rechazado la apelación presentada por los defensores. Para los magistrados “no se quebrantaron normas procesales, constitucionales ni penales, tal como esgrimía la defensa”. La Corte, indicó que “las integraciones de las Salas por dos miembros están previstas por la ley”, ya que, los letrados habían cuestionado la integración de una Sala con dos miembros.
También había cuestionado que el Tribunal Oral Criminal número 5, integrado por Horacio Nardo, Carmen Palacios Arias y María Isabel Martiarena, en donde se caratuló el hecho como lesiones y que condenó a Arrién por homicidio, violándose el principio de congruencia. Este recurso también fue rechazado. Para la Corte provincial, el fallo condenatorio estuvo ajustado a derecho.
Para concluir, también desestimaron la inconstitucionalidad que plantearon los abogados defensores con relación al agravante de homicidio por haber sido cometido con un arma de fuego.
Los defensores de Arrién, plantearon que no se pudo acreditar que el visitador haya abusado sexualmente de la víctima y que correspondía, al menos, la aplicación del artículo primero del Código Penal “In dubio pro reo” (en caso de duda se debe fallar a favor del imputado. En su fallo, la Corte provincial señaló que las pericias médicas y lo relatado en el juicio por los peritos, dieron por probado que existió el abuso sexual.
Agustín Arrién estaba casado con Claudia Sabando y al final la década de los 90 estaba pasando uno de sus mejores momentos. Tenía tres hijos y se había mudado a una casa en 56 entre 18 y 19. Trabajaba en el laboratorio “Roemmers” con un salario de 7000 pesos por mes.
Por esos años, conoció a Ana María Rossi, quien también tenía tres hijos y hacía poco se había recibido de médica en la Universidad Nacional de La Plata. Era oriunda de San Andrés de Giles. Con su esposo, soñaban en un futuro más tranquilo.
Agustín, en esos momentos era uno de los visitadores médicos más exitosos de la ciudad y que se había encargado de la línea cardiológica. Era frecuente verlo por el instituto “Diagnosis” de calle 4 entre 54 y 55.
En el 2004 la vida de Arrién comenzó a destruirse de a poco. Se separó de su mujer. Claudia Sabando lo denunció por violencia de género. El visitador se mudó a la casa de sus padres en calle 2 y 37. Al año siguiente, en mayo lo echaron del trabajo. El laboratorio habló de “reestructuración”, mientras que Arrién dijo que fue porque “los mandé a la mierda”. Cardiólogos La Plata cuenta otra historia.
Para el 2004, el visitador médico se quedó solo y sin trabajo. De tenerlo todo, pasó a depender nuevamente de sus padres. No había podido comprar un nuevo auto, luego de que su auto un Seat quedó destruido luego de un terrible accidente de tránsito
"Salíamos todos los días. Desayunábamos en la confitería 'El Patio' o íbamos a otro bar a la tarde. A veces salíamos una hora, media hora, íbamos a comprar ropa", recordó Arrién, cuando declaró ante el fiscal Marcelo Martini.
Luego de unos meses, Ana María, comenzó a sentirse cada día más asfixiada por él “la seguía, la acosaba, no la dejaba vivir” narró una de sus amigas
Tres meses antes del asesinato, Ana María decidió terminar la relación. En su declaración Arrién lo negó, testigos dijeron que Rossi, lo evitaba, no quería saber nada con su ex novio. Ella, se estaba reconciliando con su esposo “ella se propuso una meta: solucionar todos los problemas con David, volver con él y sólo pensar en su familia, en sus hijos”
Esto alteró a Arrién, el 3 de octubre de 2005, esperó a la médica en la puerta de su casa y con la excusa de que quería hablar con ella, se ofreció a llevarla hasta un restaurante de City Bell, donde la mujer tenía una cena. En el trayecto, el hombre intentó convencer a Rossi de retomar la relación amorosa que había mantenido con ella, ante lo cual la mujer volvió a negarse argumentando que deseaba restablecer su matrimonio.
Arrién desvió el auto hasta un descampado de la localidad de Villa Elisa donde, según los peritajes, abusó de Rossi y luego le pegó dos tiros en la cabeza y otro en su mama izquierda con un revólver que llevaba en el auto. Arrien abandonó a la mujer y se dirigió a la comisaría local, donde denunció el robo del vehículo y el rapto de su acompañante por parte de delincuentes. Rossi fue encontrada al día siguiente, agonizante y con síntomas de hipotermia, por lo que fue llevada en estado de coma al Hospital San Roque de Gonnet, donde finalmente murió el 15 de abril de 2006. Cuatro días después del hecho, Arrien se presentó ante el fiscal Marcelo Martini y del juez de Garantías Federico Guillermo Atencio para confesar haber sido el autor de los disparos contra la nutricionista.
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