Familiares y amigos de Walter Armand, quien fue atropellado por Felicitas Alvite mientras corría una picada solicitaron a la justicia que la imputada continúe detenida hasta el juicio oral y que sea condenada con una pena ejemplificadora
" JUSTICIA POR WALTER”
Nos encontramos atravesando un dolor desgarrador y continuamos con el pedido de justicia por el asesinato de nuestro hermano, Ruben Walter Armand.
Ante todo, y de todo corazón, la familia desea agradecer a toda la sociedad y a los medios de comunicación por su acompañamiento, sus mensajes de apoyo y/o difusión. Sumado a ellos, a Ignacio Grimaldi, Fernando y Delfina Burlando y a su estudio de abogados que se ha puesto al frente del caso.
Como es de público conocimiento, Walter fue asesinado brutalmente la noche del 12 de abril de este año por Felicitas Alvite, quien, demostrado gracias a las cámaras (que hablan por si mismas), corría picadas junto a Valentina Velázquez, a alta velocidad y pasando repetidamente semáforos en rojo creyéndose, como mostró en su Tik Tok, “La Toretto”. Nuestro hermano fue víctima del desprecio por la vida humana que esta asesina ha dejado en evidencia.
Walter tenía 35 años, muchos sueños que ya no podrá cumplir, artista muy querido y conocido por muchísimas personas de Argentina y Uruguay al haber formado parte de muchas bandas. Quienes lo conocían, saben que nació con un don para la música. Era un excelente cantante y percusionista. Padre al que se le arrebató la oportunidad de ver a sus hijos crecer y acompañarlos en cada paso. Hermano, hijo y amigo que no podrá compartir más momentos en los que era quien alegraba el lugar. Nuestro dolor no se puede expresar con palabras.
Como todos ustedes ya saben, hasta hace poco no se dio lugar al pedido de beneficios gracias al excelente trabajo del fiscal Padován y a la decisión de los jueces que han votado en contra.
Sin embargo, recientemente, se le otorgó la posibilidad de pericias psiquiátricas y ambientales a realizarse esta semana, que podrían permitirle el acceso a una prisión domiciliaria.
No entendemos cómo si en un inicio y con menos pruebas, le fue rechazado; hoy, y con más evidencias, se haya dado lugar para dicho pedido por parte de sus abogados, aferrándose a un párrafo redactado por la jueza Garmendia. No olvidemos que, cuando atropelló a nuestro hermano, se negó a hacerse una prueba toxicológica, que su amiga estuvo en el hospital averiguando qué sucedía (como nos hemos enterado por sus propias declaraciones) y nosotros, su familia, nos enteramos más de 10 horas después del hecho y a dos horas de su fallecimiento. Nuestro hermano estuvo sus últimas 8 horas de vida totalmente solo. Sufrimos la falta de empatía y el destrato recibido por agentes policiales al solicitar información o reconocer su cuerpo (solo nos mostraron su rostro por una foto de un celular).
No comprendemos como, teniendo a la vista pruebas tan contundentes como los chats donde pide a sus amigos que “finjan demencia”, que “borren sus redes sociales”, el peligro de fuga a Brasil donde vive una de sus hermanas, la falta de remordimiento al continuar su vida como si nada hubiera pasado saliendo a fiestas después de lo que hizo, aún piensen que esta persona merece una pizca de piedad.
Debe pagar por lo que hizo, debe seguir en la cárcel hasta el juicio y debe recibir una condena ejemplificadora.
Hoy, ella llora (Alvite)…pero llora por sí misma, por su situación, pero no por haberle quitado la vida a un hijo, un hermano, un padre y un amigo.
Nuestra madre llora por la ausencia de su hijo menor, por las devastadoras y desgarradoras imágenes que muestran cómo lo mataron y el haber estado frente a la persona culpable en una audiencia.
Hoy, ella está medicada (Alvite), sus abogados quieren que las personas tengan lástima de ella. Que cinismo….
Pobre de nuestra madre que, a sus 72 años, está medicada, llora a diario, sufre cada segundo.
A ella (Alvite) la visita su madre en la cárcel y le lleva ropa y comida.
Nuestra madre abre el placard y mira con lagrimas en los ojos la ropa de su hijo. Falta un plato en su mesa. El plato del hijo que compartía su día a día y la cuidaba con devoción.
Nuestra madre no lo puede visitar todos los días y charlar con él. Solo visitarlo en un cementerio y arrodillarse en su tumba al despedirse cada día.
Pedimos a los jueces que NO lo permitan, que obren correctamente y emitan un voto negativo ante esta solicitud, apoyando el pedido de la familia y la sociedad entera.
Carta escrita desde el corazón por la madre, hermanos y amigo de Walter.
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