Este medio, el día 4 de diciembre publicó una nota sobre la absolución del docente Darío Castelo, sobre un caso de abuso sexual contra menores
La sociedad argentina no está acostumbrada al pedido de disculpas públicas. Es común escuchar a la gente disculparse en privado cuando se comete un error o se actúa indebidamente. Es mucho menos frecuente que los periodistas se disculpen por sus errores, aunque estemos moralmente obligados a hacerlo, y a veces muchos cuando lo hacen no lo hacen bien.
Este medio, se comunicó con la mamá de una de las menores involucradas en la causa, quien contó lo sucedido con su hija. Ella no pidió que se escriba esta nota, pero como medio responsable en lo que se publica creo que se debe hacer y de una manera urgente. Se cometió el error de publicar el nombre de una menor de edad, víctima de abuso sexual.
Desde este medio y como periodista, no estoy de acuerdo con que los docentes involucrados por este tipo de delitos sean absueltos sin una revisión justa de lo actuado por la justicia. Existe una gran necesidad de profesionales serios y comprometidos con la verdad y con un alto control ético por parte de las víctimas y de los acusados, pero no siempre es así. Muchos dejan pasar los errores que se cometen en el periodismo, pero este no es el caso.
La mamá de una de las víctimas angustiada por lo sucedido, me contó lo que pasó y como está su hija hoy. Es por eso, que pido disculpas. Si bien lo hice telefónicamente, creo que debo hacerlo por escrito. Es mi forma de pensar. Desde mi lugar y como comunicadora pido disculpas.
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