Desde hace varios días, personal penitenciario, que debería estar abocado a otras tareas solicita a los abogados y personas que ingresan al edificio de los tribunales penales de La Plata una serie de documentación. En el caso de los abogados particulares, la presentación de la credencial. Hoy en fiscalía no hubo atención al público por falta de agua
La Abogacía es una profesión libre e independiente, que asegura la efectividad del derecho fundamental de defensa y asistencia letrada y se constituye en garantía de los derechos y libertades de las personas. Los Abogados deben velar siempre por los intereses de aquellos cuyos derechos y libertades defienden con respeto a los principios del Estado social y democrático de Derecho constitucionalmente establecido. Al abogado como operador jurídico también se le reconoce como pilar básico en la Administración de justicia, por la función social que representa.
Parece que estos preceptos no se encuentran en los tribunales penales de La Plata, ubicados en calle 8 e 56 y 57. Cuando uno intenta ingresar por la puerta principal, lo primero que se encuentra cualquier persona es una mesa con dos penitenciarios supuestamente administrativos (cuando hacen falta en unidades carcelarias) quienes solicitan la identificación de la persona y a donde se dirige. En el caso de los abogados, en esa misma mesa hay un listado con los números de matrícula y si tienen paga la cuota social para dejarlos ingresar. Cabe destacar, que no es necesaria el pago de la cuota social para poder ejercer como letrado particular en alguna causa. El ingreso, debe ser irrestricto y en el caso de que suceda algún hecho, como los que sucedieron es la custodia la que debe actuar. El personal penitenciario, no debe bajo ningún motivo, perseguir a los profesionales ni al público en general.
Son varias las quejas que se vienen sumando. Los hechos de violencia dentro de un edificio sensible no son aislados. Las cámaras de seguridad no funcionan y los detectores de metales que rara vez funcionaron desaparecieron. Para esto la Corte debe de haber pagado una suma millonaria para su adquisición y su funcionamiento.
Los efectivos penitenciarios, que son retirados del SPB elevaron una nota a la Presidencia de la Cámara Penal y a la Suprema Corte de Justicia Bonaerense en donde relatan el grave cuadro de situación y la urgente necesidad de una mayor cantidad de personal afectado a la seguridad del edificio.
Desde octubre, las medidas son más estrictas. Los agentes penitenciarios deben revisar todos los elementos que se ingresan al establecimiento y le deben pasar el detector de metales a todo aquel que ingresa al establecimiento.
El aparente motivo de esto, a lo que muchos tildaron de “payasada” se dio luego de la absolución de los acusados por un doble crimen en City Bell. Este juicio, el día de su sentencia provocó la furia de los familiares de las víctimas y un grave hecho de violencia. Los familiares al enterarse de la absolución de los imputados, dictada por el TOC número 5 intentaron ingresar al edificio para solicitar explicaciones, pero los dos agentes penitenciarios que se encontraban en la guardia lograron controlar la situación. Esto generó la furia de los presentes que rompieron todos los vidrios de la puerta de acceso. En ese momento, los penitenciarios se encontraron desbordados y solicitaron mayor cantidad de personal. Hasta el momento, hay poco personal de seguridad. Demás está decir, que los agentes fueron agredidos con golpes de puño y patadas, pero que en ningún momento respondieron a las agresiones.
“Me vas a tener que matar hija de puta”
Otro hecho de violencia registrado en los tribunales fue el 14 de abril de 2015, cuando se celebraba el juicio por los homicidios de los hermanos Massa en Cañiuelas. Uno de los imputados tomó del cuello y amenazó con matar a su defensora oficial María Vigorelli. Edgardo Horacio Sagini Rodríguez, llegó esposado a la Sala de Audiencias, pero cuando los agentes le retiraron las esposas, el hombre se abalanzó contra su defensora e intentó darle un cabezazo, luego una trompada y una patada. Afortunadamente, la agresión no se ejecutó, debido a la rápida acción del personal de seguridad. El imputado, solamente alcanzó a darle una patada al escritorio. “Ni buen día me decís, hija de puta, dos años y ocho meses en una cárcel” le gritó mientras forcejeaba con los agentes penitenciarios. Hizo un espectáculo, de gritos y simulación de llanto y clamó para que lo condenen a la pena de muerte, aunque decía que era inocente. Mientras era retirado de la Sala A comenzó a gritar nuevamente, sacado de si y mientras se lo llevaban a la Alcaldía de tribunales gritaba “me vas a tener que matar hija de puta”
Luego del incidente, la defensora oficial se excusó de seguir interviniendo en la causa y la defensa quedó en manos del abogado penalista Julio Beley
La pandemia y las “burbujas”
Durante toda la cuarentena de Covid, los tribunales se manejaron mediante burbujas. Pese a eso, hubo contagios. Finalizada la pandemia por la OMS, los tribunales continúan con las denominadas burbujas. La Cámara Penal es un ejemplo. No todos los días se encuentran los mismos empleados, ni secretarios. Trabajan desde su casa. La pandemia finalizó pero esto no significa que la emergencia sanitaria haya finalizado. El gobierno nacional, a través del decreto 863/2022 publicado en el Boletín Oficial, el Gobierno nacional prorrogó hasta el próximo 31 de diciembre de 2023 la emergencia pública en materia sanitaria establecida en la Ley 27.541, y extendida por el Decreto 260/2020, a raíz de las consecuencias e impacto generados por la pandemia. Los letrados, tienen el derecho a ver las causas, ya sea físicamente como de modo virtual, saber que delito se imputa o si el juez aceptó como particular damnificado a la víctima. Esto no se puede hacer, debido a que muchas de las IPP no están digitalizadas y cuando van a los tribunales no pueden acceder a las mismas por el supuesto “falta de personal”
Los alacranes
Desde el 2019, en diarios locales, un empleado del área de Sistema de Investigaciones Criminalísticas (SIC) descubrió un alacrán. Fue en el mismo sector donde encontraron uno dentro de un paquete de edulcorante. Luego del hallazgo, el hombre dio aviso al coordinador general.
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